Ralstonia solanacearum
Bacteria
Las hojas más jóvenes comienzan a marchitarse durante la etapa más cálida del día y se recuperan parcialmente cuando la temperatura disminuye. En condiciones óptimas la planta entera puede marchitarse y quedar fija. Las hojas marchitas mantienen su color verde y permanecen unidas al tallo. Las raíces y la parte inferior del tallo muestran una coloración marrón oscuro. Las raíces invadidas pueden pudrirse debido a una infección causada por bacterias secundarias. Al cortar los tallos segregan una sustancia lechosa de color blanco a amarillento.
Para controlar el patógeno podría ser útil incorporar en el suelo masa vegetal fresca (estiércol verde) de la familia de las crucíferas (biofumigación). El material vegetal se puede macerar o cortar antes de incorporarlo al suelo, ya sea mecánicamente o a mano. El derivado químico Timol tiene el mismo efecto. Las bacterias competitivas que colonizan los sistemas radiculares de las plantas solanáceas también son eficaces.
Opte siempre por un método integral de medidas preventivas con tratamientos biológicos, de ser posible. Debido a que el patógeno se propaga por el suelo, posiblemente sea inviable, poco o nada eficaz aplicar un tratamiento químico contra la enfermedad.
La bacteria puede vivir mucho tiempo en el suelo y sobrevivir en desechos de plantas u hospederos alternos. Entra a la planta a través de las heridas en el sistema radicular durante el desarrollo de las raíces laterales. Las condiciones que favorecen la enfermedad son temperaturas elevadas (de 30 °C a 35 °C), valores altos de humedad ambiente y humedad del suelo y un pH alcalino en el suelo. Los suelos pesados que pueden retener la humedad durante períodos prolongados son particularmente vulnerables. Los hospederos alternos principales de la Ralstonia solanacearum incluyen el tomate, el tabaco, el plátano y el banano.