Pepino

Virus del mosaico del pepino

CMV

Virus

Resumen

  • Patrones amarillos de mosaico en hojas y frutas.
  • Las hojas y los pecíolos se doblan hacia abajo y se arrugan.
  • El crecimiento se inhibe y ocurren deformaciones.
  • Rayas blancas en las flores.

También se puede encontrar en

7 Cultivos
Melón amargo
Pepino
Melón
Calabaza
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Pepino

Síntomas

Los síntomas varían dependiendo de la especie de planta que esté infectada y de las condiciones ambientales. En algunos casos puede haber un virus presente pero los síntomas pueden estar ocultos o enmascarados. Se observan parches de color amarillento o motas de color verde claro y amarillo en las hojas y frutas. Se incrementa el crecimiento longitudinal de las ramas laterales y de los tallitos de las hojas, lo cual provoca que las hojas y dichos tallitos, o pecíolos, se doblen hacia abajo. Las hojas jóvenes quedan arrugadas y angostas y toda la planta resulta severamente atrofiada y desarrolla malformaciones, terminando con un aspecto similar al de un arbusto. Las flores pueden mostrar rayas blancas. Las frutas desarrollan protuberancias que impiden poder comerciarlas.

Recomendaciones

Control orgánico

Para evitar que los áfidos se alimenten de las hojas y así controlar la población, rocíe las hojas con soluciones de aceite mineral.

Tratamiento químico

Opte siempre por un método integral de medidas preventivas con tratamientos biológicos, de ser posible. No hay ningún producto químico eficaz contra el CMV, ni ninguno que proteja a las plantas de infectarse. Para combatir los áfidos puede rociar las hojas con insecticidas que contengan cipermetrina, imidacloprid, clorpirifós o carbosulfan.

Qué lo causó

Los síntomas son causados por el virus del mosaico del pepino (CMV, según sus siglas en inglés), que afecta una amplia variedad de especies (cucurbitáceas, espinacas, lechuga, pimiento y apio, así como muchas flores, especialmente lirios, delfinios, primulas y Daphnes). Existen entre 60 y 80 especies diferentes de áfidos que pueden transportar y transmitir el virus. Las semillas y los injertos infectados también pueden ser agentes transmisores, de la misma forma que las manos de los trabajadores o las herramientas que sirven como transmisores mecánicos. El CMV puede sobrevivir el invierno en la maleza perenne de flores y, a menudo, también en las raíces, semillas y flores del propio cultivo. En las infecciones primarias el virus crece sistemáticamente dentro de la plántula recién emergida y termina en las hojas superiores. Los áfidos que se alimentan de estas plantas lo transportan a otros hospederos (infección secundaria). El virus utiliza el tejido vascular de los hospederos para movilizarse a distancias largas entre los diferentes órganos de la planta.


Medidas preventivas

  • Use semillas y plántulas libres de virus y de origen certificado.
  • Plante variedades resistentes o tolerantes (existen muchas de espinacas y cucurbitáceas).
  • Revise los sembradíos y retire las plantas con signos de la enfermedad.
  • Quite las malezas que muestren el patrón de mosaico característico, así como los hospederos alternos que crezcan cerca de sus cultivos.
  • Asegúrese de desinfectar las herramientas o los equipos empleados en las prácticas de propagación vegetativa.
  • Coloque una cubierta flotante para impedir el paso de áfidos migrantes durante las primeras semanas del crecimiento del cultivo.
  • Retire la cubierta después de que finalice este período de mayor vulnerabilidad para permitir la polinización.
  • Plante cultivos que sirvan de barrera natural y atraigan a los áfidos.
  • Use trampas adhesivas para atrapar los áfidos en grandes cantidades.
  • Cubra el suelo con un material que disuada a los áfidos, como papel de aluminio.

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