Pythium aphanidermatum
Hongo
Los síntomas comienzan en los frutos que están en contacto directo con el suelo, como unas áreas marrones que se vuelven blandas y se pudren. En condiciones de humedad, aparece un crecimiento algodonoso blanco que cubre esta zona podrida de la fruta. En el vivero, el mismo patógeno puede dañar tanto plántulas jóvenes como viejas, provocando su muerte. El patógeno también puede dañar las raíces y hacer que se pudran: las hojas se vuelven amarillas porque la planta no puede absorber los nutrientes. La pudrición de la fruta causada por Pythium puede parecerse a la pudrición de la fruta causada por Phytophthora y Sclerotinia. Para diferenciarlos, recuerde que Pythium parece algodón o crema de afeitar, mientras que Phytophthora parece harina o polvo y Sclerotinia muestra un crecimiento grueso y algodonoso de color blanco con manchas negras y duras que también afectan el tallo.
No existe un control biológico certificado aplicable.
Una vez que aparecen los síntomas, las plántulas o frutos afectados no se pueden salvar. Para prevenir infecciones, aplique tratamientos químicos a las semillas y las plántulas. Trate las semillas antes de plantarlas y sumerja las plántulas en la concentración recomendada. Además, utilice tratamientos superficiales en el suelo. La eficacia de estos tratamientos depende de que el fungicida llegue a toda la capa superior de una pulgada del suelo mediante el riego o la lluvia.
¡El patógeno que causa el marchitamiento fúngico vive en el suelo! Le favorece el clima cálido y húmedo y le encanta el agua estancada. Se propaga con el agua de riego. Entra fácilmente en las células de la planta, impidiendo que la planta absorba nutrientes y pudriendo las partes afectadas. Las heridas causadas por la poda, el aclareo o al sacar las hojas hacen que las plantas sean más susceptibles, lo que permite que el patógeno se propague fácilmente.