Stagonospora sacchari
Hongo
Los síntomas iniciales son pequeños con manchas blancas a amarillentas en las láminas de las hojas y generalmente ocurren entre 3 y 8 días después de la inoculación. Aparecen manchas de color rojo o café-rojizo en las hojas jóvenes que se alargan gradualmente, hasta adquirir forma de huso con un anillo amarillo claro. En caso de gravedad de la enfermedad, las manchas se unen y se extienden a lo largo de los haces vasculares hasta el ápice de la hoja y forman rayas en forma de huso. Las lesiones son de color café rojizo al principio y luego, se vuelven de color pajizo, bordeadas por márgenes rojos. También se producen pequeños picnidios negros en el tejido de las hojas muertas. Las hojas gravemente infectadas se secan y caen prematuramente. La infección reduce la altura del tallo, el diámetro y el número de entrenudos, así como el número de hojas verdes.
Hasta el día de hoy, no conocemos ningún método de control biológico disponible contra esta enfermedad. Si usted conoce algún método exitoso para reducir la incidencia o la gravedad de los síntomas, comuníquese con nosotros.
Considere siempre un enfoque integrado de medidas preventivas junto con tratamientos biológicos, si están disponibles. Aplique fungicidas como Carbendazim y Mancozeb. Pulverice con caldo bordelés o clortalonil, tiofanato-metilo y zineb.
Los síntomas son causados por el hongo patógeno Stagonospora sacchari, que provoca un severo tizón y reduce en gran medida la actividad fotosintética de las plantas. La enfermedad ocurre principalmente después de las lluvias o cuando se riegan los campos en exceso. Esto da como resultado la reducción del área funcional de la hoja. La enfermedad no puede transmitirse a través del suelo, la semilla de caña ni las herramientas agrícolas. Se transmite principalmente a través del flujo de aire, el viento y la lluvia. En clima seco, la formación de vetas es rápida. La mayoría de las estrías se unen, se alargan, bloquean la maduración y cambian el color del tejido. La formación de rayas es más evidente durante la primavera y el otoño, mientras que en invierno, las temperaturas suelen ser demasiado bajas para que el patógeno sobreviva. Finalmente, toda la superficie de la hoja presenta el típico aspecto chamuscado.