Pectobacterium carotovorum
Bacteria
Los síntomas iniciales en los retoños recién plantados aparecen como una putrefacción del tejido interno de los pseudotallos y raíces. Esto se caracteriza por áreas acuosas de color café oscuro o amarillo en los tejidos internos y un mal olor. Cuando se cortan las plantas afectadas en la región de cuello, se observa un exudado de color amarillento a rojizo. La putrefacción de la región del cuello es seguida por una pérdida repentina de vigor de las hojas, que luego se secan completamente. En etapas posteriores de la enfermedad, la base del tronco se hincha y se parte. En las plantas más viejas, la pudrición ocurre en la región del cuello y también en las bases de la hoja. Si se extraen las plantas afectadas, se rompen al nivel de la región del cuello dejando el bulbo y las raíces en el suelo. Normalmente, los brotes de esta enfermedad se observan unos 3-5 meses después de plantar.
De momento, no parece haber ningún tratamiento biológico disponible para tratar esta enfermedad. Una vez detectada la enfermedad, no hay manera de curar las plantas infectadas ni de reducir la infección. Póngase en contacto con nosotros en caso de conocer algún tratamiento biológico.
Opte siempre por un enfoque integrado con medidas preventivas junto con tratamientos biológicos, cuando estén disponibles. Una vez detectada la enfermedad, no hay manera de curar las plantas infectadas ni de reducir la infección. Póngase en contacto con nosotros en caso de conocer algún tratamiento químico.
La enfermedad es debida a una subespecie de la bacteria del suelo Pectobacterium carotovorum. Sobrevive en los suelos húmedos y en los desechos de los cultivos. Se extiende entre los árboles a través de la lluvia y el agua de riego, pero también por el material vegetal infectado. Principalmente, la enfermedad afecta a las plantas jóvenes (retoños). El patógeno entra en el sistema radicular a través de heridas naturales y artificiales en el tejido vegetal. Los síntomas se deben a la descomposición de los tejidos internos del tronco y al deterioro del transporte de agua y nutrientes. La humedad alta y las lluvias frecuentes favorecen el crecimiento bacteriano. La infección es peor durante las condiciones calurosas y húmedas del verano. Las pérdidas económicas son más graves si la enfermedad ocurre en el momento de la formación del racimo.