Gibberella fujikuroi
Hongo
El bakanae es una enfermedad relacionada con las plántulas, pero también se puede observar en otras etapas del crecimiento de la planta. El hongo infecta las plantas a través de las raíces o coronas y luego, crece sistemáticamente dentro del tallo. Si las plántulas sobreviven a las primeras etapas de la infección, se vuelven plantas anormalmente altas (a menudo, de varias pulgadas) con hojas pálidas, finas y secas, y con menos tallos. El interior del tallo se pudre y desarrolla nuevas raíces en los nodos superiores del tallo. Se observan manchas marrones en el tallo de las plantas infectadas. Si las plantas sobreviven hasta la etapa de madurez, producen granos parcialmente llenos, estériles o vacíos. En esas plantas, se forman hojas "en bandera" debido a su posición elevada y más horizontal.
No se conoce ningún tratamiento biológico contra esta enfermedad hasta el día de hoy. Se puede usar agua salada para separar las semillas ligeras (infectadas) de las sanas mientras están en remojo.
Opte siempre por un enfoque integrado con medidas preventivas junto con tratamientos biológicos, cuando estén disponibles. Aplicar un fungicida para tratar las semillas infestadas puede ser eficaz. Sumergir las semillas en una solución fungicida durante cinco horas también ha demostrado ser útil. En los casos de resistencia, utilice productos que contengas triflumizole, propiconazole, procloraz o una combinación de estos productos con tiram.
El bakanae es una enfermedad fúngica transmitida por semillas. La enfermedad ocurre con mayor frecuencia cuando se utilizan semillas infestadas (es decir, semillas cubiertas con esporas de los hongos), pero también puede ocurrir cuando el patógeno está presente en el material vegetal o en el suelo. Se propaga a través del viento o el agua que transportan las esporas de hongos de una planta a otra. El bakanae también se puede transmitir durante la cosecha de plantas infectadas permitiendo que las esporas de los hongos se propaguen a las semillas sanas, y al empapar las semillas en agua que contiene el hongo. Las temperaturas elevadas de 30 a 35°C favorecen el desarrollo de la enfermedad.