Venturia oleagina
Hongo
A finales de la primavera, aparecen manchas de fumagina en la parte superior de las hojas en el dosel bajo. Estas manchas también pueden aparecer en el tallo y la fruta, pero son más comunes en la superficie de la hoja. El lado inferior de las hojas no muestra síntomas aparentes. A medida que avanza la temporada, las manchas oscuras crecen y pueden cubrir una parte considerable de la hoja (0,25 y 1,27 cm de diámetro). Emerge un halo amarillo gradualmente alrededor de estas manchas y se extienden poco a poco a toda la hoja. Las plantas pueden experimentar defoliación y en casos severos, la muerte de las ramitas. Las floraciones también pueden fracasar, lo que resulta en reducciones significativas en la producción.
Rocíe el follaje de los árboles con compuestos de cobre orgánicos, como el caldo bordelés después de la cosecha de la fruta en otoño y de nuevo, a finales del invierno en caso de frecuentes lluvias en otoño.
Opte siempre por un enfoque integrado con medidas preventivas junto con tratamientos biológicos, cuando estén disponibles. Rocíe el follaje de los árboles con compuestos de cobre (por ejemplo, hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre, sulfato de cobre tribásico y óxido de cobre) después de que la fruta haya sido cosechada en otoño y de nuevo, a finales del invierno si el ambiente está muy húmedo.
Los síntomas son causados por el hongo Fusicladium oleagineum, que crece en las áreas bajas, en ambientes que reciben poca luz solar o que en árboles que tienen un dosel cerrado. Requiere temperaturas de moderadas a bajas y humedad libre en las hojas para germinar por lo que suele resultar en infecciones durante los períodos de lluvia en otoño, invierno y primavera. La niebla, el rocío y la alta humedad son factores importantes que contribuyen a la propagación de la enfermedad. Por el contrario, las condiciones calurosas y secas del verano causan la inactivación del hongo que eventualmente, puede permanecer latente. Esto se vuelve evidente por el cambio de color de las manchas, que se vuelven blancas y encrostradas. Las hojas jóvenes son más susceptibles a la infección que las más viejas. El intervalo preferido de temperatura es de 14-24°C, sin embargo puede persistir entre 2-27°C. Las deficiencias de nutrientes o desequilibrios en el suelo también pueden aumentar la susceptibilidad de los árboles. Por ejemplo, se cree que el exceso de nitrógeno y la deficiencia de calcio debilitan las defensas de los árboles.