Cercospora capsici
Hongo
Durante la fase inicial de la infección las hojas desarrollan manchas circulares parduzcas con centros grises claros y márgenes marrones rojizos. Posteriormente se vuelven grandes manchas circulares de un tono tostado que llegan a medir hasta 1.5 cm, compuestas por anillos concéntricos oscuros que crecen alrededor de un centro blancuzco. Las manchas adquieren la característica forma de ojos de rana al desarrollar un anillo oscuro de aspecto áspero con un halo amarillo. A medida que estas manchas se vuelven más numerosas, se van uniendo hasta formar grandes lesiones en las hojas. Frecuentemente el centro blanco se seca y se desprende, dejando orificios de efecto perdigonada. En las etapas finales de la infección las hojas se vuelven amarillas y se marchitan o caen, dejando las frutas expuestas a sufrir quemaduras de sol. En casos graves también se observan manchas en los tallos y el cáliz de las frutas, lo que llega a provocar pudrición del pedúnculo.
Un método para reducir la presencia del hongo en las semillas consiste en tratar las semillas con agua caliente a 52 °C durante 30 minutos. Tenga en cuenta que el tratamiento también puede repercutir en la germinación de las semillas si no se realiza adecuadamente (tiempo o temperatura mayores que los indicados). También puede rociar las hojas con productos que contengan hidróxido de cobre a partir de que comienzan a aparecer las manchas y continuar en intervalos de 10 a 14 días hasta 3 o 4 semanas antes de la última cosecha. Es importante rociar ambos lados de las hojas.
Opte siempre por un método integral de medidas preventivas con tratamientos biológicos, de ser posible. Un método que combate eficazmente la enfermedad consiste en tratar las semillas con captán @ 3 g/kg. Otros productos que se pueden rociar sobre las hojas para controlar esta enfermedad incluyen aquellos que contienen hidróxido de cobre, clorotalonil o mancozeb. El tratamiento debe comenzar cuando comienzan a aparecer las manchas y se debe continuar en intervalos de 10 a 14 días hasta 3 o 4 semanas antes de la última cosecha. Es importante rociar ambos lados de las hojas.
Los síntomas son causados por el hongo Cercospora capsici, el cual es particularmente resistente en los trópicos y afecta semilleros y sembradíos por igual. Sobrevive de una temporada a otra en el interior o el exterior de las semillas, en el suelo y también en los residuos de plantas infectadas. Se disemina por medio del agua, la lluvia, el viento y mediante contacto directo entre las hojas, así como a través de herramientas, materiales y los propios agricultores. La infección foliar se produce mediante penetración directa en las hojas y se ve favorecida cuando las mismas permanecen húmedas durante periodos prolongados. Las condiciones óptimas para que se produzca una infección son que la temperatura sea cálida, de alrededor de 23 °C, y la humedad relativa se ubique entre 77 y 85%. Cuando se registran estas condiciones es muy probable que la producción se vea afectada considerablemente, particularmente si la infección ocurre al comienzo de la temporada.