Oidium mangiferae
Hongo
Las partes infectadas de las plantas muestran pequeños parches con brotes característicos de hongos blancos y polvorientos. En etapas posteriores de la enfermedad el mildiu puede cubrir grandes áreas de tejido. Las hojas y frutas más viejas pueden adquirir un tono marrón purpureo. Las hojas y las flores más jóvenes pueden quedar completamente cubiertas con esporas blancas de hongos, volverse de color marrón, secarse y finalmente morir. También pueden mostrar deformaciones, por ejemplo, enroscarse hacia abajo. Las frutas pueden quedar cubiertas de un polvo blanquecino y en las primeras etapas pueden agrietarse y desarrollar un tejido corchoso. Las frutas infectadas permanecen pequeñas y deformadas y no alcanzan la madurez.
Las infecciones de oídio disminuyen al rociar biofungicidas que contengan Bacillus licheniformis. Se ha demostrado que el hongo parasitario Ampelomyces quisqualis suprime su desarrollo. Es posible prevenir infecciones graves aplicando un tratamiento a las plantas con aerosoles foliares a base de azufre, ácido carbónico, aceite de neem, koanin y ácido ascórbico. Además, la leche es un fungicida natural. Se puede aplicar en forma de suero para controlar el oídio.
Opte siempre por un método integral de medidas preventivas con tratamientos biológicos, de ser posible. Para tratar el oídio del mango se pueden usar fungicidas que contengan sales monopotásicas, queroseno hidrodesulfurado, disolvente alifático de petróleo, mancozeb y miclobutanil. Para lograr un efecto óptimo, el tratamiento debe comenzar antes de la floración o en etapas muy tempranas de la floración. Se recomienda realizar aplicaciones continuas en intervalos regulares de 7 a 14 días.
El patógeno sobrevive de una temporada a otra en las hojas viejas o en brotes latentes. Los tejidos jóvenes de todos los elementos del árbol, excepto el tallo y las raíces, son altamente susceptibles a ser atacados por el hongo. Cuando existen las condiciones favorables las esporas del patógeno albergado bajo las hojas o en los brotes se liberan y se propagan a otros árboles por medio del viento o la lluvia. Las condiciones favorables son temperaturas diurnas cálidas de 10 a 31 °C y temperaturas nocturnas frías, combinadas con una humedad relativa del 60 al 90 %.