Erysiphaceae
Hongo
Al inicio aparecen manchas amarillas en la parte superior de las hojas. En una etapa posterior de la enfermedad, sobre las hojas, los tallitos o pedúnculos y frutos aparece una cubierta blanquecina de aspecto harinoso que luego se torna grisácea. El hongo extrae nutrientes de la planta y la capa con aspecto de ceniza sobre las hojas impide la fotosíntesis, lo que provoca que el crecimiento de la planta se inhiba. A medida que la enfermedad avanza las partes infectadas se marchitan, las hojas se caen y las plantas pueden morir. A diferencia del mildiu velloso, el oídio puede controlarse hasta cierto punto.
En el caso de jardines, las soluciones de agua con leche parecen funcionar como fungicida natural. Aplique esta solución a las hojas cada tercer día. Este remedio casero funciona especialmente bien con las cucurbitáceas (pepino, calabacín, calabaza) y bayas. Los tipos de oídio difieren de acuerdo con el hospedero y es posible que dicha solución no sea eficaz para todos los tipos. Si no se observa ninguna mejoría, pruebe con soluciones de ajo o bicarbonato de sodio. También hay disponibles tratamientos biológicos comerciales. Los sprays foliares a base de azufre, ácido cavonido, aceite de neem, koanin o ácido ascórbico pueden prevenir una infección severa.
Opte siempre por un método integral de medidas preventivas con tratamientos biológicos, de ser posible. En vista del número de cultivos que son susceptibles al mildiu velloso, es difícil recomendar un tratamiento químico en particular. Los fungicidas a base de azufre humectable (3 g/l), hexaconazol, triflumizol, miclobutanil (todos a 2 ml/l) parecen controlar el crecimiento del hongo en algunos cultivos.
Las esporas de los hongos invernan dentro de los brotes de las hojas y otros residuos de las plantas. El viento, el agua y los insectos transmiten las esporas a las plantas cercanas. El oídio, aunque es un hongo, puede desarrollarse casi normalmente en condiciones secas. Sobrevive a temperaturas entre 10 y 12 °C, aunque las condiciones óptimas se hallan alrededor de los 30 °C. A diferencia del mildiu velloso, una lluvia leve o el rocío de la mañana aceleran la propagación del oídio.